Lo que más conocemos como problema de orgasmo en la mujer tiene que ver con la ausencia del mismo o la dificultad para alcanzarlo. Pero la verdad es que también hay mujeres que lo alcanzan con demasiada prisa.
Puede que te estés preguntando ¿y por qué esto supone un problema?
Lo anterior puede deberse a una hipersensibilidad en el clítoris y/o también por ansiedad.
Para esto te recomendamos no centrar la estimulación en el clítoris desde el principio. Descubre otras zonas erógenas del cuerpo: hay muchísimas (busca cuál es la que más te agrada a ti)
Intenta reconocer las reacciones físicas que tienes previo al orgasmo, de esta forma te darás cuenta cuando estés a punto de llegar y lograrás tener más control del mismo.
Los pensamientos también juegan un rol importante en la excitación. Desviar la mente de los pensamientos excitantes puede ser de ayuda.
Una forma de relajarte, sin que se baje del todo la excitación, es utilizar correctamente la respiración. Inspirar y expirar de forma prolongada, profunda y rítmica ayudará a aguantar más tiempo sin llegar al clímax.
Finalmente el orgasmo no es la meta. Y no te sientas presionada si no tienes varios orgasmos seguido (el tiempo del periodo refractario es variable en cada persona)